Desde hace un tiempo que no puedo ver. Estando en inmejorable estado de salud, privándome de los excesos y considerando las pequeñas deficiencias de algunas facultades mentales como algo normal, me di cuenta que no puedo ver.
Hace un tiempo que encontré en uno de esos caminos que parecen casualidad el filo agresivo de un ladrón. Me encontré frente a una arremetida muestra de afecto con cuchillas, una serie de caricias cortando piel y la necesidad de nuevos encuentros para recibir nuevas, y cada vez mas dolorosas, heridas. Un castigo aun soportable con grandes perdidas inmateriales de tejido vivo provocadas por quien luego de varios encuentros fue mas que un conjunto de espadas afiladas. Se disfrazo de reflejos en mi memoria imposibles de quitar.
Aun me pregunto como fue que perdí mis ojos. Tengo recuerdos continuos de momentos en que mi pensamiento era dividido en dos por una herida perfectamente limpia y mi razón dominada por el simple hecho de tu afilada sonrisa, momentos en que decidiste al mundo como el inicio de tus palabras, y reclamaste el calor vivo de mi cuerpo como parte de los dominios que pretendías conquistar.Tengo recuerdos de una naturaleza rebelde que intentaba con demostrado éxito controlar la mirada aun libre de mis ojos.
Todo me hace pensar que usaste tu arte hostil de asesina para invadir mi cuerpo y cuando tu confianza se apodero de mi tomaste con violencia mis ojos y mi corazón para hacerlos tuyos. Te aprovechaste de que aun en mis pupilas bailaba el reflejo de tus mil espadas.
Mis ojos y mi corazón ya agotados de luchar no pueden soportar tal agresión, se ven a si mismos sometidos a tus incansables encantos.
Lo cierto es que ya no puedo ver. Ni con el sol iluminando mis pasos, solo puedo ver el vació oscuro de la soledad sin ti. Ahora, incapacitado para vivir, solo puedo esperar la caritativa visita de quien robo mis ojos, teniendo la esperanza de algún día volver a ver. No hay ley para el amor, simplemente me robaste los ojos y destruiste mi corazon.